Ojo al pajarín

Esta foto pertenece a alguien de Devesa de Curueño (León), y no la han hecho ayer. Son ocho mozas y trece mozos los que componen esta estampa rural de otros tiempos.

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En la fila de abajo, ellas, sentadas como los clics de Playmovil, en ángulo recto; todas con la cabeza tapada, menos la de la derecha, que es una rebelde. 

Su destapada mollera parece descansar sobre la entrepierna de ese orondo mozo que tiene a su lado a otro que o es invidente o va de tripi, porque posa mirando hacia otro lado.

La zagala del centro, la que luce el sombrero a lo mejicano y se muere de risa, creo que va descalza. Pero la de la izquierda del todo, igual es un muñeco o una gnoma.

 

Ojo, que la moza de al lado de la rebelde, que
se parece a Pirri, lleva un corazón en la camisa.

En la fila de arriba, en el centro, un guaje parece imitar al fotógrafo con una vara a modo de trípode mientras un mozo atosiga a otro obligándole a beber de una bota a sus espaldas.

A la izquierda, otro mozo bebe, pero de un botijo, y gracias a que para beber levanta los brazos se ve a un paisano entre su axila y esos dos que parecen la I y el punto. Bajo su otra axila, otro paisano. Si éste no llega a levantar los brazos, los dos paisanos no salen.

Por último, a la derecha, junto al intelectual, dos rastrilladores con sendos rastrillos; el rastrillador que los rastrille, buen rastrillador será.