miércoles, 27 de noviembre de 2013

Vidas en chándal

"Chándal: Ropa deportiva que consta de un pantalón y una chaqueta o jersey amplios".

 

Si a esta definición de la Real Academia Española le quitamos "deportiva", puede corresponder a cualquier clase de ropa, incluso al pijama.

De hecho, parece ser que la palabra chándal viene del francés y nada tiene que ver con el deporte; es la abreviatura de "[mar]chand d’ail", vendedor de ajos. Y los que los vendían eran los comerciantes de Limoges, primero, y los de la calle Les Halles de París, después, allá por 1894.

Por lo visto, llevaban unas ropas "amplias y cómodas de canalé" que acabó comercializando en serie y vendiendo en masa a los pijos de la época el fabricante La Gamard d'Amiens, que ponía los precios que quería.

Pero está claro que es el carácter deportivo lo que ha encumbrado al chándal.


Esa prenda -deportiva- que la mayoría de deportistas apenas utilizan porque prefieren entrenarse vestidos de indigentes, y que a cambio sirve de hábito a escolares, hiphoperos, yonquis, dictadores americanos o a los que salen poco.


Dos hiphoperos.

ESCOLARES: Desde hace unos años, en multitud de guarderías y colegios se ha instaurado el chándal como uniforme. Así, como ocurre con los uniformes tradicionales, los padres no tienen que pensar qué ropa ponen a sus hijos. Pero, además, los niños ya no se cambian para educación física.

Colores: Sudaderas en rojo, azul oscuro, verde, blanco, negro, gris y gris pero más cara. Pantalón: Azul oscuro.

A la venta en: Tiendas concertadas. Son caros y se necesitan varios.


HIPHOPEROS: Se presupone que van en chándal porque casi hacen deporte: bailan, rapéan, ponen poses... Aunque entonces no se entiende lo de las cadenas y los medallones. Pero igual lo del chándal no viene por ahí, sino porque como fue una de las últimas tribus en irrumpir, ya estaban todos los atuendos registrados y fueron a lo fácil. No se sabe. En cualquier caso, cuanto más caro sea el chándal, más guay.

Colores: Sobre todo en negro, naranja y multicolor. Pero también dorado, marrón o amarillo.

A la venta en: Tiendas de deportes oficiales o mercadillos.


YONQUIS: Los yonquis son prueba irrefutable de la resistencia de la prenda. Si los hiphoperos combinan el chándal con las cadenas, los yonquis lo hacen con complementos más cotidianos: además del chándal, el kit básico de yonqui incluye un periódico de anteayer enrollado y una lata de medio litro de Mahou Clásica o yonquilata.

Colores: Todos. Incluso en un mismo chándal.

A la venta en: Procedencias varias, inciertas en ocasiones.


DICTADORES AMERICANOS: Hugo Chávez lo puso de moda, y ahora el chándal es el uniforme oficial para mandar en Venezuela. También para intentarlo.



Chávez fue un entusiasta del chándal, y prueba de ello es que exportó el chandalismo a Cuba como un exponente más de la revolución bolivariana. Y en Cuba lo asimilaron de buen grado.

 


Colores: Los de la bandera de Venezuela, los de la bandera de Cuba o azul y blanco.
A la venta en: Subdelegación de Intendencia, Ministerio del Poder Popular para la Defensa, República Bolivariana de Venezuela, y Gobernación de Intendencia, Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba, República de Cuba.

LOS QUE SALEN POCO: Éstos han convertido el chándal en la única prenda fuera del trabajo. Si son taxistas, igual también en la del trabajo. No importa si están en casa o en la calle, sólo varía el calzado: zapatillas de estar en casa por zapatillas. El modelo Guardia Civil es un clásico entre ellos.

Colores: Todos.

A la venta en: Carrefour y Alcampo, mayormente.


Si Chávez lo popularizó en Venezuela, en España fue Jesús Gil quien hizo grande el chándal años antes. De él en adelante, con el chándal vale todo, salvo llevar zapatos.

Los que se atreven con eso, o presumen de ser la vanguardia de la moda o son fashion victims sin saberlo. Si además de llevar chándal y zapatos, se añade una camisa de cuadros al atuendo, el vanguardismo se dispara.


Porque el chándal tiene sus particularidades. Si se lleva sólo la parte de arriba del chándal combinada con otros pantalones, se pasa inadvertido. Pero si es al revés, y uno no es la vanguardia del chandalismo, esa combinación delata que quien la porta se dedica a la limpieza.


El caso es que, seas lo que seas, siempre habrá un chándal para ti.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Mundo en llamas

La llama es un animal gracioso de por sí por muchas razones. Porque mueve la boca, porque escupe, porque tiene cara de fumada...


Y lo es más en Argentina, donde hay llamas en el norte, porque estos animales fueron encumbrados en aquella gloriosa campaña publicitaria de Telecom, La llama que llama.


Los 38 apoteósicos anuncios de La llama que llama.

Ahora, otra llama, de nombre Serge, también se ha hecho famosa, y fuera de su hábitat, gracias a su juerga nocturna con cinco estudiantes borrachos.


Fue en Burdeos, el 31 de octubre. Estos cinco entraron a un circo e intentaron llevarse una cebra, pero como Serge era más dócil, la robaron a ella y se la llevaron de fiesta.

Se hicieron fotos con la llama...


le hicieron fotos a la llama...


la montaron en tranvía...


En fin, lo que es un viernes para un estudiante.


La fiesta concluyó para Serge de madrugada, cuando sus secuestradores la devolvieron al circo sana y salva y se fueron a dormirla.

Pero después de colgarla en Internet, la llama Serge superó a Benzema en el ránking de seres vivos franceses más populares.

Así que el Girondins de Burdeos se fijó en ella.

 

Y la fichó. Serge debutó como mascota en el estadio Chaban-Delmas en un Girondins-Nantes. Dio unas vueltas por el campo, hizo el saque de honor y posó para la posteridad.

Serge con el director del circo y el presidente del Girondins.

El Girondins perdió 0-3. Pero no importa, porque qué mejor mascota para un equipo de fútbol, qué mejor ejemplo para un niño, que un animal cuya hazaña es haber sido raptado para acabar de fiesta con cinco estudiantes borrachos.

El caso es que una de las consecuencias más inmediatas que puede propiciar esta historia, es que los hosteleros de Burdeos comiencen a encargar, a empresas de Perú y Bolivia, carteles autóctonos de este tipo.


Pero en francés.