martes, 20 de septiembre de 2011

Perjuicios animados

El diario El País ha elaborado una encuesta sobre una de las cuestiones que quitan el sueño a los españoles, y la ha condensado en una única pregunta: "¿Perjudica Bob Esponja a los más pequeños?".


"¿Por qué?" hubiese sido otra buena pregunta. Un estudio habla de "deficiencias de atención y problemas de aprendizaje" en niños que vieron la serie.

A mí, Bob Esponja no me parece perjudicial para los más pequeños, pero si realmente lo fuera, nunca podría serlo más que algunos dibujos animados de hace treinta y tantos años.

Nuestra infancia sí que fue un calvario. Los dibujos perjudicaban hasta el punto de causar traumas. Jamás olvidaré lo que pude llorar al final de aquel primer capítulo de Marco. Ese momento marcó un hito en la televisión española, pues desde entonces dejó de asociarse dibujos animados con diversión.

Esa madre yéndose en barco a Argentina, nada menos, sin haberle dicho nada del tema a su hijo hasta el último momento; y ese niño de once años que el día anterior había ido al campo con toda la familia, corriendo y hostiándose por el muelle, llorando como un berraco y gritando "no te vayas, mamá" como si le fuera la vida en ello.

Marco, de los Apeninos a los Andes debió llamarse Marco, él nunca lo haría.

Para que en un episodio de Marco no ocurriera nada terrible tenían que poner seis o siete de horribles desgracias. El chaval cuando no perdía el mono, le quitaban el dinero, le engañaban...

Era masoquismo seguir esa serie, pero existía un argumento demoledor para hacerlo: era la que ponían el sábado después de comer en la cadena que había.

Hubo otras series también traumáticas, como Heidi o después los ositos Jackie y Nuca, que vaya vida de mierda llevaban. Dos tiernos oseznos hermanos a los que separaban, encerraban, torturaban...

Heidi caló más entre las niñas, que incluso disfrutaban y disfrutan con la serie. A mí aquello no me convenció nunca. El trauma tardaba algo más en llegar que en Marco, pero luego era un chorreo.

Esa niña de cinco años huérfana y desvalida. Ese abuelito solo en una cabaña en el monte con dos cabras y un perro, a base únicamente de lácteos. Porque estaban Blanquita, Diana, Cascabel, Copo de Nieve... pero es evidente que en Dorfli y alrededores a lo que le pones nombre ya no te lo puedes comer. Mucha cabra, pero en Heidi no se cataba el cabrito ni en Navidad.

A la inocente niña suiza le tomaba el pelo todo el mundo, pero quien verdaderamente se cebaba con ella era la señorita Rottenmeyer. Qué asco de mujer.

Rottenmeyer podría entrenar hoy en día al Eintracht de Frankfurt.

Heidi al menos acababa bien, con la niña y su abuelito viviendo felices para siempre comiendo queso en la montaña con las cabras, Pedro como único vecino y su amiga Clara yendo de vez en cuando a inyectar capital.

Pero Marco acababa con su imagen de mayor y sobre ella una frase inquietante: "Cuando Marco se hizo doctor regresó a la Argentina". El crío recorre el mundo con el mono a cuestas para buscar a su madre, la encuentra moribunda y se la lleva a Italia, donde la espera el resto de la familia. La conclusión final de un niño, después de dos años de vicisitudes es: ¿por qué no se fue Marco con su mamá?

Un drama es un drama, por mucho que te lo pinten. Menos mal que también tuvimos Mazinger Z, con ese Koji Kabuto, esos puños fuera, esa Afrodita A con su fuego de pecho. O Wikie el vikingo, Érase una vez el hombre, La Pantera Rosa, La abeja Maya o Comando G. En estas series también había malos rollos, pero todos los capítulos acababan bien.

Mención aparte merecen las películas de Disney, donde siempre ocurre algo muy triste aunque la peli acabe bien, y Los Picapiedra. Vilma y compañía son un clásico, aunque bajo su inocente apariencia, éstos igual sí que perjudicaban seriamente la salud, como queda patente en este vídeo, y no Bob Esponja:


Ahora nos venden humo de otras maneras. Antes eran más directos. La generación que veía dibujos como los de Disney o Los Picapiedra es la que ha creado series como Bob Esponja.

Sólo hay que ver este momento estelar en el que Bob Esponja se enorgullece de ser un niño y lo celebra cantando una adaptación del I wanna rock de Twisted Sister, un himno heavy de los ochenta.


Lo cierto es que Bob Esponja y Phineas y Ferb son ahora los dibujos favoritos de los niños españoles, y han hecho una encuesta para ver si el tema es inquietante.

Entradas relacionadas:
Infancia extrema, Aquellas razas infantiles, Mi mundo virtual

domingo, 11 de septiembre de 2011

Un país en la bragueta


Viajando por carretera de Madrid a Andalucía se pueden contar más puticlubes que toros de Osborne.

Abundan los de nombre sofisticado, como Lady's, Caché o Angelo's, pero también los eroticofestivos, lógico, como El Conejo de la Suerte, Plan B o Los Ángeles de Charlie.

El club Waikiki, por guay y por kiki.

Figuran casi todos en Alterning, "tu guía de puticlubs de España", agrupados por provincias: "dónde están, precios, horarios, opiniones sobre sus chicas, experiencias...". Los usuarios recomiendan el producto y dan detalles escabrosos.

La Faena está a unos metros de la oficina del Inem de Ventas, en Madrid.

Las temáticas son amplias y la labor ha sido árdua, pero ésta y otras webs han permitido la elaboración del Ranking QMLP de los 25 Puticlubes con los Nombres más Peculiares de España. Helo aquí:

25 - Bar Pensión Polígono, en Palma del Río, Córdoba. Porque cualquier sitio es bueno.
24 - El Jardín del Diablo, en Algeciras y Sevilla. Porque eres muuuy malo.
23 -Tris Tras, en Chapa Silleda, Pontevedra. Para una cosa rápida.
22 - La Pantera Rosa, en Madrid. Rinde tributo a un personaje que arrastra el rabo.
21 - Las Mazas, en Arroyo de San Serván, Badajoz. Contundencia sexual.

Hay quienes van muy lejos a buscar lo que quieren.

20 - La Casa Nº 10, en Tomelloso, Ciudad Real. Muchos puticlubes nos parecen para Tomelloso.
19 - La Caseta Verde, en Bell-Lloc, Lleida. Ojo, que hay dos, y en la que pone "Todo por la Patria" no es.
18 - Coruña Caliente, en Bergondo, A Coruña. Un microclima.
17 - La Trocha, en El Vergel, Alicante. A saber a qué le llaman trocha estos.
16 - Hello Baby, en Valencia. Como Hello Kitty pero para adultos.

"Precios anticrisis", oferta este puticlub.

15 - Club Madams, en Albatera, Alicante. En la calle Virgen del Carmen s/n.
14 - Por ahora, en Santa María-Mos, Pontevedra. Parece un error, debe de ser Por horas.
13 - Amor, en Alfaz del Pí, Alicante. Sería el primer caso de putas que aman.
12 - Club El Puntal, en Estepa, Sevilla. Ambiente taurino. Descuentos a picadores.
11 - Club La Bombonera de Terrassa, en Terrassa. Dispone de terrasa.

Este club tiene vistas a Teruel y a Zaragoza.

10 - Atrévete, en Villalobar, León. Para indecisos.
9 - Mamba Negra, en Vigo. Conviene mirar bajo la cama.
8 - Pájaro Azul Delta, en Villalobar, León. Pese al nombre a lo Top Gun, acuden pájaros de todo tipo.
7 - Club Pitos, en Roquetas de Mar, Almería. Porque Club Pollas no hubiese quedado tan fino.
6 - Calva y Mona, Madrid. No parece un buen reclamo, aunque nunca se sabe.

"¿Qué hay de nuevo, viejo?" parece un buen lema para este club.

5 - Falcon Crest, en Alginet, Valencia, y Porriño, Pontevedra. Porque la serie era una referencia para el gremio.
4 - El Conejo de la Suerte, en Ocaña, Toledo. No es la Warner, ojo con parar con los niños.
3 - Club Chuchupe, en Rubena, Burgos. Para clientes tartajas.
2 - Hotel Club El Hoyo 19, en Baños y Mendigo, Murcia. Para después de jugar al golf.
1 - Los Cuernos de Oro, en Don Benito, Badajoz. En lo más alto del podio. Homenaje a la parienta.

En Internet se apuntan otros nombres de puticlubes, como Tiki Taka, La Teta Enroscada (como en Abierto hasta el amanecer), El Peluchito Alegre o Rabo's, pero no hemos podido contrastar su existencia.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

jueves, 1 de septiembre de 2011

Rue del forofo

Calle Toscana, Madrid.

A unos minutos del presunto estadio de La Peineta, futuro hogar del Atlético de Madrid, se ubica un bloque de viviendas que derrocha forofismo futbolero.

Aquí el culé mira por encima del hombro al merengue.


En el segundo piso vive uno del Barça...


...y en el primero, uno del Madrid, o varios.


Los Madrid-Barça en este edificio deben de ser apasionantes: el del segundo taconeando con las botas camperas y el del primero dándole al techo con el palo de la escoba.


Pero hay más. Completa esta Rue del Percebe el vecino del bajo, que se decanta sólo por España.

Definitivamente, las juntas de esta comunidad deben de ser como Punto Pelota