jueves, 16 de diciembre de 2010

Celos de los chinos

Me dispongo a envolver regalos.

Tengo siete rollos de papel en casa, pero no encuentro celo por ninguna parte.

Así que me voy al chino de la calle Valderrobres...

y allí veo esto tan fantástico:


Genial, con este aparato ni siquiera tengo que recortar mil cachitos  y pegarlos en el borde de la mesa antes de empezar a envolver.

Lo compro y me vuelvo a casa.

Y cuando abro la cajita...

me topo con esto:


¿Quedaría muy cutre tirar de la cinta aislante negra?

Serán cabrones...

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