sábado, 30 de octubre de 2010

Santiago, tenemos un problema


Ignoraba las connotaciones de la palabra maricón en Chile. Pero indagué, y son las mismas que en España, incluyendo, por ejemplo, cuando alguien le dice a otro que sabe que no es gay, Nacho Vidal, mismamente: “Anda que vaya moto te has comprado, maricón”.

Hay una asociación, el Movimiento Chileno de Minorías Sexuales (Movilh), cuyos miembros están encantados por una campaña del Gobierno con este eslogan: Maricón, el que maltrata a una mujer.

Prototipo de maltratador maricón chileno para el Gobierno de Chile.

Lo primero que me pregunté fue: En esta asociación, como la palabra maricón es despectiva, ¿son tan gilipollas que intentan librarse de ella atribuyéndole el término a un maltratador, como el que traspasa una mercería?

Seguí leyendo la noticia de Efe y resulta que sí. El presidente de Movilh, Rolando Jiménez, asegura que la campaña le gusta porque “da otro significado al término maricón y lo adjudica a los golpeadores de mujeres, a alguien que no es transparente o a las malas personas, a alguien poco leal o que no es capaz de decir las cosas de frente”.

Bueno, éste muy amable no es, pero de ahí a llamarle maltratador...

Rolando Jiménez, que se parece a Carod-Rovira, cree que ésta "es la primera campaña que ayuda a combatir la homofobia de una manera directa porque establece que maricón no tiene que ver con la orientación sexual, sino con actitudes frente a la vida”.


Rolando Paul Jiménez Pérez, un hombre empeñado en que llamemos
maricón a los maltratadores, malas personas, desleales... y no a él.

Rolando, no sé en Chile, pero en España no vas a triunfar. Te lo pueden decir varios millones de gañanes para los cuales un maricón siempre será un julandrón, un jula, un julay, un bujarra, un bujarrón, una loca, uno que pierda aceite… marica, mariquita, maricona, maricón.


Ante ellos tu cruzada es como intentar que todo el mundo llame carne a las truchas. Pero bueno, bien intentado, Rolando. Hay quienes luchan por causas perdidas. Como tú están, por ejemplo, los que pretenden que se elimine la acepción de tonto a la palabra gallego, muy extendida por toda Latinoamérica.


Hay hombres heterosexuales y homosexuales. La mayoría son gente normal, pero también entre ellos hay quienes sólo ven chochos o locas que creen que deben ser siempre la reina de los mares. De las dos maneras se deja de ser persona alegremente, como éste de debajo:

  
Declaro abiertamente, aunque se me tache de homófobo, que para mí esto es un maricón y me costaría encontrar una palabra que lo definiera mejor. Mariconazo, quizá.

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