jueves, 17 de marzo de 2011

Banderas de nuestros padres

El 23 de diciembre hablabamos de una terraza situada sobre el portal del número 5 de la Avenida Donostiarra, en Madrid.

Un jubilado aprovechó la Navidad para colocar allí los típicos adornos y luces, pero a raudales, y también las banderas de España, el Vaticano, todas las naciones donde se habla español y alguna otra.

Ahí está el hombre, a la izquierda, junto a la bandera del Vaticano.

Ahí siguen las banderas. Ahora tiene más y si llueve las enrolla. Ha quitado casi todos los adornos, pero no era sólo cosa de la Navidad tanta algarabía.

La bandera de España se mantiene en el lugar principal, aunque a veces pone más. Está arriba en el centro, flanqueada por la del Vaticano aún y la UE.

Pero en función de los acontecimientos este hombre destaca también otra bandera, que coloca justo en mitad de la jardinera. De hecho, ahí puso en Navidad una tela con el niño Jesús.


El tío lo tiene todo estudiadísimo. 

Tenía la bandera de Túnez hace unas semanas presidiendo el tema y también le hemos visto la de China. Ahora se ha sensibilizado con el desastre nipón y ha colocado en ese lugar protagonista la de Japón.

Y lo bien que se lo pasa. Con lo fácil que es ser feliz y nos empeñados en demostrar que quienes lo son de maneras no convencionales están locos.

¿Si lo hiciera con palillos estaría más cuerdo?

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